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Valencia #CuentaConmigo: Los efectos de la DANA que no se ven en el móvil

Durante este fin de semana un grupo de voluntarios de Maristas Mediterránea ha acudido a Valencia para ayudar con los efectos que ha dejado la DANA

¿Cómo redactar, en seis o siete párrafos, lo que está sucediendo en Valencia desde los últimos días de Octubre? Siendo directo y sabiendo que si vas a continuar leyendo este artículo es porque quieres conocer un testimonio directo y no sólo lo que llevamos recibiendo día tras día en RRSS, que ya no sabes en algunos casos si el mensaje es más o menos fiel a la realidad o tiene más intenciones.

Podemos usar todos los adjetivos que se nos ocurran que sean sinónimos de “terrible”, pero si hay una idea que hay que transmitir, es que más allá de las pantallas de 15×7 centímetros que tenemos casi todo el día en nuestras manos, hay un entorno que no se ve a través de ellas. El barro, la destrucción y la desesperación no caben en nuestros móviles. Ni se huelen ni se pisan.

El testimonio que estás leyendo es de Algemesí, un municipio con más de 25.000 habitantes, en los que a todos, sin excepción, les ha afectado la DANA. Directamente o por familiares, por sus casas, sus vehículos o sus trabajos. Y como Algemesí, hasta un total de 75 municipios en los que la situación es idéntica.

¿Y qué nos hemos encontrado pasados diez días desde la inundación? Calles que siguen siendo barro en la que no distingues la acera de la carretera. Muebles en la puerta de casas en las que se sigue sacando agua. Comercios sobre los que te preguntas si serán capaces de volver a abrir o no y que son totalmente necesarios para la vida, como farmacias o tiendas de alimentación. Te encuentras olores fuertes y pisadas que resbalan. Te encuentras personas que llevan días durmiendo en el pabellón municipal y dedicando el resto de jornada, desde que amanece hasta que oscurece, a limpiar sus casas y las de sus vecinos.

¿Y qué más te encuentras? Solidaridad, agradecimiento. El voluntario viene a ayudar y a entregarse, pero también se lleva en el corazón la ilusión y la esperanza de quien hoy sólo se tienen los unos a los otros, de quienes sus prioridades y sus planes en la vida han cambiado en un abrir y cerrar de ojos. Y te encuentras en la paradoja más absurda de un voluntario: vas a llevar ilusión y esperanza y te vuelves a tu casa a más reconfortado de lo que has sido capaz de dar.

Sí que nos piden una cosa muy importante: Que no nos olvidemos de ellos. La vida, hoy, cambia muy rápido en las pantallas que hemos dicho al principio. Lo que hoy es una moda, la semana que viene ya no lo es. Valencia va a tardar meses en comenzar a recuperar la normalidad. No toda, sino a empezar a recuperarla. Y los valencianos tienen que seguir también sus vidas, sus trabajos, sus estudios (ay, las ganas que tienen los chicos de volver al cole ahora que no pueden. Qué distinto a cuando podían ir todos los días). Y los voluntarios van a seguir siendo necesarios.

Por tanto, si has llegado leyendo hasta aquí: GRACIAS y quédate con este último mensaje: NO LES OLVIDEMOS, viene el invierno, las Navidades… no les olvidemos y sigamos siendo solidarios de cualquier forma que podamos.

No quiero terminar sin tener una mención al equipo de Centralización de ayudas Emergencia DANA Valencia (Equipo Provincial de Solidaridad de Maristas Mediterránea) por el servicio que están prestando. Ignacio, José Antonio, los Hermanos Chano y Javier Grajera y resto del equipo que no les puedo poner nombre a todos pero estaban todo el día al pie del cañón y con la mejor de las sonrisas. Desde luego, en ellos se hace real que la medida del amor es amar sin medida, visto todo lo que llevan hecho hasta ahora.

Pablo José García Guerrero – Voluntario en la DANA con Maristas Mediterránea – Maristas Murcia

(*) Fuente imágenes portada y lema: RRSS Maristas Mediterránea

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