En 2024, Misean Cara, uno de los principales donantes de FMSI, financió el proyecto «Educación y formación para los niños santales y las personas marginadas» en la India, que se completó con éxito en enero de 2025. Inicialmente puesto en marcha como iniciativa piloto, el proyecto logró resultados notables y ahora se está considerando su ampliación para llegar a más comunidades necesitadas.
El proyecto abordó las graves limitaciones socioeconómicas cerca de Talit, en Bengala Occidental, que impiden a los niños santal asistir a la escuela, a pesar de que la educación es un derecho fundamental. En general, las aldeas santali sufren pobreza extrema, malas condiciones de vida y falta de acceso a la atención sanitaria y los servicios básicos. La mayoría de las familias dependen de trabajos agrícolas mal remunerados para los terratenientes locales y viven en chozas temporales sin ingresos estables. Como resultado, los niños se ven privados de la educación, la atención sanitaria y el apoyo del gobierno, que, en teoría, deberían recibir como derechos. Sin embargo, el abandono y la discriminación sistémicos, en los que la ayuda del gobierno da prioridad a la población bengalí sobre las comunidades tribales, los marginan aún más. El analfabetismo se transmite de generación en generación, y muchos padres desconocen el valor de la educación, lo que refuerza el ciclo de pobreza y exclusión.


Para combatir estas barreras, los Hermanos Maristas llevaron la educación directamente a seis aldeas remotas, centrándose en los niños con alto riesgo de exclusión social. El proyecto creó entornos de aprendizaje accesibles y basados en la comunidad, garantizando que la educación llegara incluso a los niños más aislados y desatendidos.
Principales logros del proyecto:
- 180 niños adquirieron habilidades de lectoescritura y aritmética, rompiendo el ciclo de privación educativa.
- 100 niños asistieron a la educación no formal por primera vez, superando las barreras socioeconómicas y geográficas.
- 80 jóvenes adquirieron dominio del bengalí, el inglés hablado y conocimientos informáticos, lo que les proporcionó herramientas para una mayor participación en la sociedad.
- 100 mujeres completaron la formación profesional en confección, lo que promovió su independencia financiera y autosuficiencia.
Un aspecto crucial del éxito del proyecto fue su enfoque cultural y lingüísticamente inclusivo. Con una tasa de alfabetización de los santales de solo el 40,5 %, aún más baja entre las mujeres, la educación en su lengua materna era fundamental. Las escuelas públicas, en su mayoría de habla bengalí, excluyen a muchos niños santales, lo que contribuye a las altas tasas de abandono escolar. Al contratar a profesores que dominan la lengua y la cultura santales, el proyecto garantizó una experiencia de aprendizaje eficaz y basada en la confianza, proporcionando a los niños una educación con la que podían identificarse y sobre la que podían construir su futuro.

Más allá de lo académico, la iniciativa hizo hincapié en el desarrollo humano, el crecimiento personal y la motivación, animando a los niños a soñar más allá de la pobreza y aspirar a un futuro mejor. Dado que la mayoría de las familias santales viven en condiciones de extrema pobreza y sin un entorno adecuado para el aprendizaje, el proyecto creó espacios seguros para la educación, fomentando la autoconfianza, la dignidad y la esperanza.
El Taller sobre la Política de Protección Infantil (16 de marzo de 2024) reforzó la seguridad y el bienestar de los niños en los centros de estudio, mientras que los Hermanos Maristas introdujeron métodos de enseñanza eficaces para mejorar los resultados del aprendizaje en zonas con recursos limitados.
Dado que la educación es un privilegio y una herramienta clave para romper el ciclo de la pobreza, este proyecto ofreció a los niños santales la oportunidad de ir a la escuela, satisfacer sus necesidades básicas y desarrollar una visión positiva de la vida. Tras demostrar su impacto transformador, la iniciativa está siendo evaluada para su ampliación, con el objetivo de llegar a más aldeas y ofrecer mayores oportunidades a la comunidad santal marginada.
A través de esta iniciativa, los Hermanos Maristas reafirman su misión de servir a los más vulnerables, garantizando que la educación no sea un privilegio para unos pocos, sino un derecho para todos. Aunque el proyecto ha concluido oficialmente, su impacto sigue empoderando a los niños, las familias y comunidades enteras, fomentando la resiliencia, la dignidad humana y el cambio social a largo plazo.
FMSI