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Clases abiertas de Historia en el Colegio Carcavelos (Portugal): un encuentro entre generaciones

En el marco de la asignatura de Historia de 9.º curso, las clases realizaron una clase abierta muy especial: invitaron a sus abuelos a participar en una sesión dedicada al estudio del Estado Novo y la Revolución del 25 de abril de 1974. Esta iniciativa llevada a cabo en el Colegio Carcavelos (Lisboa, Portugal) tenía como objetivo no solo profundizar los conocimientos de los alumnos sobre este periodo tan importante de la historia portuguesa, sino también valorar la memoria viva de quienes lo vivieron en primera persona.

Aprender con la historia viva

El estudio del Estado Novo —régimen autoritario liderado por António de Oliveira Salazar entre 1933 y 1974— y de la revolución que le puso fin, el 25 de abril, es una parte fundamental del plan de estudios de 9.º curso. Sin embargo, escuchar los testimonios de quienes vivieron bajo la censura, la represión política, la guerra colonial o incluso la esperanza que trajo la libertad conquistada, transforma los libros y los documentos en experiencias reales.

Durante la clase abierta, los abuelos presentes pudieron compartir sus recuerdos: cómo era la vida en los años 50, 60 y 70, lo que escuchaban en la radio, cómo vivieron el 25 de abril y lo que sintieron con la llegada de la democracia.

Esta clase no fue solo un ejercicio de aprendizaje histórico, sino también un momento de educación para la ciudadanía. Los alumnos pudieron reflexionar sobre el valor de la libertad, la democracia, la participación cívica y los derechos humanos. La escucha activa de los testimonios familiares despertó la empatía, el espíritu crítico y una conexión más profunda con la historia.

La presencia de los abuelos aportó un toque emotivo y enriquecedor a la clase. Muchos alumnos descubrieron historias que nunca habían oído, y los mayores se sintieron valorados y escuchados. Este intercambio generacional puso de manifiesto el poder de la historia como herramienta de conexión entre el pasado, el presente y el futuro.

La escuela, como espacio de aprendizaje y ciudadanía, salió enriquecida de esta experiencia. Y los alumnos, más conscientes de su papel en la construcción de un mundo en el que los valores de abril siguen vivos.

Maria João Silva